Redacción Sarahy Bolaños
Entre el colorido despliegue de banderas arcoíris y el resonar de voces entusiastas, la Ciudad de México se transforma bajo el fervor del Orgullo LGBTQ+. La energía vibrante y contagiosa se palpa en el aire, y el clima, lejos de ser un obstáculo, se convierte en cómplice de esta celebración de libertad y aceptación.
Desde el arranque de la marcha, las calles se inundan de música, baile y risas. Los asistentes, ataviados con maquillajes audaces y accesorios llamativos, avanzan en un desfile de creatividad y resistencia. Cada paso refuerza el mensaje de diversidad y unidad, convirtiendo el entorno urbano en un escenario vibrante de expresión y orgullo.
Los negocios locales y hoteles se unen al júbilo, engalanando sus fachadas con emblemas arcoíris y amplificando la música que anima la marcha. La ciudad entera se convierte en un espacio de solidaridad, donde la reflexión sobre los derechos y la celebración de la identidad LGBTQ+ se entrelazan, marcando no solo un evento, sino un movimiento vibrante que reafirma el orgullo de ser quien se es.
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